Cuando pensamos en renovar nuestra cama, bien sea por razones estéticas o por motivos funcionales, lo primero que miramos es el colchón. El soporte que nos sostiene ocupa muy poco de nuestro interés, y a veces olvidamos que es tan importante como el colchón en sí.
Si no contamos con una estructura adecuada, afectaremos considerablemente la vida útil de nuestro colchón, perdiendo ergonomía y dinero a la vez.
Para evitar molestias físicas y dolores de cabeza en el futuro, es necesario que pensemos en el tipo de soporte adecuado para nuestras necesidades. Y, ahí es donde puede llegar la pregunta, ¿Necesitamos un somier o una base tapizada? ¿Cuál es mejor? A continuación, te daremos la información necesaria para que llegues a tu propia conclusión.
¿Qué es un somier?
Se trata del complemento o bastidor que sostiene el colchón y conforma la definición completa de una cama. Su función principal es la de maximizar el soporte del elemento superior, maximizando el confort del colchón y cuando la espalda mientras lo usamos; pues, su forma permite mantener la espalda en posición correcta.
Materiales de fabricación
Pueden ser fabricados en madera o metal con diferentes formas, pero, habitualmente formando un esqueleto cuadrado/rectangular visible; completado con una serie de listones transversales y longitudinales pensados para dar soporte al colchón, finalizando con entre 4 y 9 patas posibles para mayor estabilidad.
Aquellos que cuentan con el esqueleto de madera, pueden ser de haya, abedul o MDF. En general, los laminados de madera de la haya ofrecen una mayor resistencia al desgaste y la rotura; mientras que, los otros dos tipos, ofrecen precios menores e infinitas posibilidades en cuanto a diseño.
Por otro lado, los somieres de metal son comúnmente fabricados en aluminio o hierro. Su precio es considerablemente menor a los de madera, ofreciendo prestaciones iguales o superiores de resistencia, pero sacrificando en aportes estéticos.
En este último tipo, es necesario considerar el diámetro y espesor de tubo; tomando como referencia una dimensión mínima de 1.5mm en diámetro de pared por unos 30 o 40 cm de longitud.
¿Qué es una base tapizada?
Las bases tapizadas son una solución básica y económica que puede contrastar con la compra de un somier y permitirnos ahorrar algo de dinero. Su principal objeto visible es la tapa, el lugar sobre el cual descansará el colchón; la cual, debe ser muy firme y robusta con transpiración garantizada para el colchón.
El material de fabricación de esqueleto y demás componentes puede ser el metal; mientras que, el recubrimiento de toda la pieza, puede estar fabricado a partir de tejidos de resistencia y pieles artificiales.
Siendo los tejidos de polipiel los favoritos de los expertos, pues, su contribución a la estética y a la durabilidad es muy importante.
¿Cuál será el mejor soporte para nuestro colchón?
Dentro de los factores que diferencian ambos tipos de soporte, es necesario considerar que la ventilación, humedad y el confort juegan un papel importante. Por lo que, si la humedad no es un problema en tu habitación y la ventilación puede considerarse adecuada, la comodidad ocuparía el primer lugar de interés.
Aquí te dejamos algunos puntos destacables:
- Cuando tenemos un colchón de muelles, las bases tapizadas ocupan un gran lugar en cuanto a preferencia; aunque, si podemos encontrar un somier de láminas anchas, también puede ser utilizado. Lo que se busca con ello, es no comprometer la durabilidad del elemento al posarlo sobre un somier con demasiados espacios vacíos.
- Si hablamos de un colchón con muelles ensacados o separados, aplica un principio similar al anterior para ayudar a mantener una superficie de apoyo plano; por lo que, las bases tapizadas aportarán el nivel adecuado.
- Suponiendo que no vamos a cambiar el colchón que ya tenemos y es de tipo viscoelástico, la recomendación es mirar sus características. Si se trata de un colchón duro y colocamos una base tapizada, potenciaremos su dureza y podemos terminar sufriendo el dolor que representa; una razón para utilizar un somier de listones que haga las veces de disipador de energías y nos permita dormir con comodidad.
- Si el colchón es de látex, lo principal será su necesidad de transpirar para mantener sus prestaciones. Por lo que, el somier sería la opción adecuada, prácticamente sin importar su tipo, pues, de esta forma podemos alargar la vida útil de la cama.
