Si has tenido problemas de humedad en casa ya estarás familiarizado con la incómoda sensación de frío y las manchas de humedad.
Por suerte los deshumidificadores actuales son electrodomésticos potentes, duraderos y no especialmente caros. Verás cómo se reduce de forma rápida la humedad en casa y las primeras veces te sorprenderá la cantidad de agua que son capaces de acumular en un solo día.
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Pero a la hora de elegir un modelo hay algunos factores importantes a tener en cuenta. La temperatura, el área de trabajo o los niveles de humedad en casa son factores que influyen a la hora de elegir un deshumidificador que realmente cubra tus necesidades.
¿Refrigerante o desecante? ¿Qué potencia necesito? Estas son solo algunas de las respuestas que te daremos en esta guía.
Contenidos
Tipos de deshumidificadores domésticos
Hay dos formas de clasificar el tipo de deshumidificador que llevaremos a casa; la primera, es según su uso, que puede ser industrial o doméstico, diferencia los aparatos en su escala de trabajo y, por supuesto, su coste de instalación y accesorios.
Pero, lo que nos atañe en este momento son aquellos cuyo uso es doméstico, con menor escala, que, a su vez, se dividen en dos tipos:
Refrigerante
Lo primero que debe decirse, es que, son los que cuentan con gran cantidad de tiempo entre nosotros; y, su principal diferencia es en cuanto al funcionamiento, ya que, éstos enfrían el aire utilizando un gas refrigerante que ayuda a condensar el agua.
Comienzan aspirando el aire del ambiente y llevándolo hacia el interior del aparato, donde pasa por el sistema de filtrado hasta llegar al evaporador. Este último punto del ciclo se encuentra a muy baja temperatura, gracias al uso de un gas refrigerante; llevando las moléculas de agua al punto de rocío, para su condensación y separación del aire.
Luego de la condensación, el agua es almacenada en un tanque individual del aparato o drenada hacia el exterior con un sistema de bombeo continuo; finalizando el ciclo con la expulsión de aire limpio y seco hacia el exterior, volviendo a calentarse y repitiendo el proceso tantas veces como sea necesario.
Desecante
Este es un tipo de deshumidificador con un novedoso funcionamiento que no requiere de la instalación de un compresor, ni de refrigerante, por lo que son muy silenciosos. Trabaja aspirando el aire hacia el interior de un condensador, el cual, posee un rotor empapado con material desecante, usualmente gel de sílice.
Luego de pasar por la cámara de condensación, el aire que no ha secado por completo pasa por una tubería impregnada en gel de sílice; la cual, asegura la culminación del proceso de absorción de agua.
Este es un sistema especialmente indicado para ambientes cuya temperatura sea muy baja (inferior a 12°C) y/o la humedad sea muy elevada, condiciones en las que el de tipo refrigerante no funciona tan bien. Reducen hasta en un 35% la humedad, son eficientes y de bajo impacto energético, por lo que, también son los más costosos.
Características a considerar
Capacidad
La capacidad que necesitas en un deshumidificador vendrá dada según el tamaño de la habitación, casa o piso del que se requiera extraer humedad; cuanto más grande y más húmedo, mayor será el volumen necesario en el aparato.
Lo primero que deberías hacer es conseguir un higrómetro o un aparato que lo incorpore, y, así medir el porcentaje de humedad relativa presente. La capacidad del deshumidificador será la cantidad de agua podrá extraer el sistema en un tiempo de trabajo de 24 horas.
Una aproximación adecuada para estimar la capacidad del deshumidificador según el área disponible es la siguiente:
- Humedad relativamente baja y área de máximo 40m2 con una capacidad de 6 litros por día.
- Humedad elevada y área de máximo 90m2 con una capacidad mínima de 15 litros por día.
Tamaño y peso
En este apartado, hay que definir si buscamos un aparato que sea portátil o será instalado en un lugar de forma fija. La diferencia entre ambos, por supuesto, será que, un sistema diseñado para moverse será más liviano y con menor potencia que uno hecho para fijarse.
Pero, ten presente siempre que, lo “liviano” en uno de estos aparatos suele ser un peso entre 5-7 kg si no incorporan ruedas; por lo que, no será tampoco una pluma que mover. Además, procura medir el espacio donde será colocado el aparato, que no tenga obstáculos ni muebles cerca, para asegurar que su funcionamiento sea el más eficiente.
Filtros y temporizador
La gran mayoría de los deshumidificadores incorporan un sistema de filtrado del aire en su ciclo de trabajo. Lo ideal sería que estos filtros sean lo más herméticos posibles, como es el caso de los filtros HEPA, que retienen un 99.98% de las partículas.
También, que los filtros sean lavables y reutilizables es otro punto a buscar; porque, si tenemos que comprar un filtro nuevo cada vez que se ensucie, gastaríamos una fortuna.
Por otro lado, es importante que el aparato cuente con temporizador, para poder programar su horario de trabajo en función de nuestra rutina. Dejándolo encendido cuando salimos de casa, para regresar y encontrar un ambiente seco y agradable.
Cuando es necesario comprar un deshumidificador
Como venimos mencionando, un deshumidificador es la solución más económica y rápida a los problemas de acumulación de humedad en un espacio. Si las paredes de tu casa u oficina poseen burbujas de aire en su interior y/o la pintura comienza a escamarse, tienes presencia de humedad.
Esta humedad contribuye con la presencia de moho y hongos que van deteriorando la mampostería, comprometiendo la integridad de una pared. Además, la presencia de estos microorganismos pone en riesgo a quienes poseen alergias o afecciones respiratorias.
En términos más coloquiales, si la humedad hace llorar tus paredes, inflándolas o haciendo caer la pintura; si sientes una sensación de sofocamiento o mal olor dentro de una habitación y no hay forma de que se vaya, necesitas un deshumidificador.